Isa y Santi querían un matri descomplicado, sin protocolos un parchecito con los amigos más cercanos y la familia. La tía, la suegra, la mamá de Isa, la mejor amiga, los hermanos, todos ayudaron con los preparativos. Sufrieron mucho con los toques de queda todos los fines de semana, nadie sabía que iba a pasar. Llego la semana del matri y anunciaron que no habría toque de queda, hasta hicieron fiesta con bailecito para celebrar, todo iba tal como lo querían.
Llego el gran día y solo había felicidad en el ambiente, Santi soltó unas lágrimas esperando a Isa, ella lloro en lo votos, mucha luz, mucho sol, el día perfecto. Excelente música y cocteles y más que nada la mejor energía y cariño de todos los amigos y familiares. Se gozó y se bailó al ritmo de un amor que sin pensarlo llego, fluyó y se materializo.
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